No hay que dar las espalda a la historia, aunque mis arrieros maragatos sean una ficción, que ocurre dentro de la historia y sus vicisitudes, ya suben al Guadarrama con chocolate de Astorga, un tiempo en que lo social, era un sálvese quien pueda, quedaban mutilados de la última guerra Carlista, y éstos mendigaban como nuestros soldados de los Tercios de Flandes tres siglos antes, España estaba prendida de la opulencia de unos y la caridad auxiliadora de otros, nunca el Estado fue tan mal padre, como en el siglo XIX.
Josman.
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