Debemos de escribir con el lenguaje del pueblo, porque somos pueblo, porque nos nutrimos de su lenguaje, porque no podemos aspirar a ser más, ser pueblo, es contaminarse de él, para poder madurar con los nuestros y entre los nuestros.
Cuando vemos a un hombre, mujer, niña o niño con necesidades alimenticias, podemos y debemos pensar que mañana seremos nosotros y los nuestros.
Leganés está hermanado con varios pueblos de países con necesidades graves, pero a veces el gobierno local es como un mal padre, como ese padre que invita a medio barrio en el bar y se olvida del plato de lentejas de sus hijos.
Se debe de seguir cooperando con los de fuera de nuestras fronteras, pero no debemos de olvidar y tenemos que poner nuestra atención a las verdaderas necesidades de los más desamparados de nuestra ciudad.
En esta etapa de crisis debemos de mirarnos el ombligo y en las gotas de aceite de la cuchara del Alquimista.
Observamos como ante las situaciones graves, los políticos no dan soluciones, y yo me quejo siempre de que no me sirve ninguno.
En el caso que nos ocupa, tan sólo ULEG es el único en pedir un albergue para la ciudad.
Los políticos TODOS, deben de mirar sus sueldos, sus comidas, sus chequeras y hacer examen de conciencia solidaria. Y yo, que pregono tanto, el primero.
Cuando paso por el “Comedor de Paquita Gallego” es cuando más aflora en mis sentires en la conciencia de la solidaridad.
Y pienso en la poesía popular y entendible por todos como estos destellos versificados.
Niños con padres en paro,
padres expulsados de su hogar
sin culpa o con demasiadas;
¡he aquí, mi sociedad!
de un huérfano Leganés.
Y el poder sin voluntad
de levantar un albergue
donde malvivir en paz.
Cáritas lo denuncia,
ULEG clama en un parral,
esperando que sus uvas
les lleguen a madurar
justo dentro de dos años.
Y Delgado sin esperar
pueda poner un alcalde
según coincida en su afán.
Y Doña Emilia Quirós,
A casa y sin rechistar…
Que éste hambre de los pobres,
votantes sin caridad,
castigarán al PSOE
por su llano no aliviar.
Emilia Quirós, puede proponer, ejecutar y convencernos a muchos aliviando a los callados, a quienes su llanto les impide escribir. En fín, siempre estamos a tiempo de rectificar, y hasta los poetas malos y amateur, no nos importa rectificar nuestras opiniones, si ustedes giran el timón del barco ciudadano a la izquierda, hacia los necesitados, y no hacia el sueldo de
Dña Emilia, no haga lo que yo pido, medite sobre lo que canto o escribo.
Leganés, 30 de abril de 2009
JOSMAN.