Cuando han visto a los niños autistas salir unos minutos al exterior por recomendación médica y psicológica han sido insultados por algunos vecinos desde sus ventanas, una de las madres tuvo que abrir una pancarta en la que se leía que su hijo era autista, para evitar que se repitan esos insultos han decidido llevar un brazalete azul y de este modo evitar la pancarta.
De este modo, tras salir en los medios de comunicación, al menos hemos entendido la ciudadanía como estos seres humanos necesitan salir del confinamiento debido a su patología, porque su internamiento altera en ocasiones a estos, y un paseo con protección les pueden, según dicen, producirles ese estímulo tan necesario.
Es otra asignatura pendiente en esta sociedad, es que no sabemos ver al diferente, pero iremos aprendiendo y sería bueno que además de ser publicado en la prensa, las autoridades hicieran campañas que incidieran en eso mismo en que sepamos entender debidamente a aquellos que tengan esa diversidad que necesita de eso mismo una alta comprensión al diferente.
JOSMAN.
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