La noche que murió Leonor, la niña-mujer de don Antonio Machado con 18 años se le desgarró el alma al poeta sevillano, hoy que vemos la muerte tan cerca, familiares y amigos, se nos abre el alma, sin que podamos subir al alto Espino soriano por el confinamiento, Bécquer decía: "qué solos se quedan los muertos" Nunca se han quedado tan solos los fallecidos como en esta pandemia. Don Antonio nos dejó escrito Una noche de verano:
“Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón,
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!”
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