¿Cómo saber que hay en la mente de un político, si su afán por el poder, o su vocación por servir a los ciudadanos? La respuesta nos la da el tiempo.
En la página. 313 de la novela “La Gangrena” de Mercedes Salisachs – Premio Planeta 1975-, esta autora nos hace en quince líneas un análisis de lo que es la ambición del poder político.
Un protagonista de la misma Justo Fuentes estaba llamado a regir los destinos de España en 1960, a pesar de la existencia de Franco. La autora a pesar de vivir el dictador cuando publicó la novela dice: “No hay mayor opresor que aquél que vive oprimido por su afán de poder”
Pone en los labios de Fuentes lo siguiente: “Hitler había sido en sus principios un hombre honesto, empeñado en estar al servicio de la política, pero no del pueblo”
“Esto es algo que ocurre con demasiada frecuencia, este y no otro es el verdadero peligro de un hombre público”
Y hace una gran metáfora en labios nuevamente de Fuentes: “Es como si diéramos de comer a un tenedor, cuando es el tenedor quien ha de llevarnos la comida a la boca”
Ya no existen ni Hitler ni Franco, pero existe demasiado afán por el poder y eso es peligroso. En España hay crisis, parados, y por ende, empiezan a existir necesidades básicas entre nuestros vecinos.
Mientras las administraciones de todos los colores derrochan dinero público (véase la cabalgata de Madrid con un costo de un millón de Euros) y engordando a sus tenedores más que a esas necesidades de sus ciudadanos.
Entenderíamos mejor esta metáfora si convertimos al tenedor en cocinero- político (tenedor viene de tener presupuesto) y la comida es el bienestar ciudadano.
El cocinero debe de comer una ración razonable, pero trabaja para servirnos a los que pagamos su menú…
Está para servirnos, y nosotros, para pagar, pero beneficiarnos de su servicio.
Pero tanto en dictadura como en democracias, en imperios con césares o con repúblicas, siempre el paro y las necesidades básicas se hallan y se han hallado en las despensas de los proletarios de siempre.
Que una cosa es ser proletario y otra su representante.
En España siempre hemos vivido entre “El Cara al Sol con la camisa nueva” y “La Internacional” “Arriba parias de la tierra, en pie famélica legión”
Y ahí está nuestra condena, unos y otros tenedores nos “hielan el corazón” como predijo Machado.
Una sociedad y un político bien nutridos no luchan, y una sociedad y un político famélicos no pueden luchar.
Busquemos el término medio, no el centro político, busquemos la austeridad y el ejemplo.
Porque con algunos tenedores, mejor sería comer con las manos.
Leganés, 10 de enero de 2009
En la página. 313 de la novela “La Gangrena” de Mercedes Salisachs – Premio Planeta 1975-, esta autora nos hace en quince líneas un análisis de lo que es la ambición del poder político.
Un protagonista de la misma Justo Fuentes estaba llamado a regir los destinos de España en 1960, a pesar de la existencia de Franco. La autora a pesar de vivir el dictador cuando publicó la novela dice: “No hay mayor opresor que aquél que vive oprimido por su afán de poder”
Pone en los labios de Fuentes lo siguiente: “Hitler había sido en sus principios un hombre honesto, empeñado en estar al servicio de la política, pero no del pueblo”
“Esto es algo que ocurre con demasiada frecuencia, este y no otro es el verdadero peligro de un hombre público”
Y hace una gran metáfora en labios nuevamente de Fuentes: “Es como si diéramos de comer a un tenedor, cuando es el tenedor quien ha de llevarnos la comida a la boca”
Ya no existen ni Hitler ni Franco, pero existe demasiado afán por el poder y eso es peligroso. En España hay crisis, parados, y por ende, empiezan a existir necesidades básicas entre nuestros vecinos.
Mientras las administraciones de todos los colores derrochan dinero público (véase la cabalgata de Madrid con un costo de un millón de Euros) y engordando a sus tenedores más que a esas necesidades de sus ciudadanos.
Entenderíamos mejor esta metáfora si convertimos al tenedor en cocinero- político (tenedor viene de tener presupuesto) y la comida es el bienestar ciudadano.
El cocinero debe de comer una ración razonable, pero trabaja para servirnos a los que pagamos su menú…
Está para servirnos, y nosotros, para pagar, pero beneficiarnos de su servicio.
Pero tanto en dictadura como en democracias, en imperios con césares o con repúblicas, siempre el paro y las necesidades básicas se hallan y se han hallado en las despensas de los proletarios de siempre.
Que una cosa es ser proletario y otra su representante.
En España siempre hemos vivido entre “El Cara al Sol con la camisa nueva” y “La Internacional” “Arriba parias de la tierra, en pie famélica legión”
Y ahí está nuestra condena, unos y otros tenedores nos “hielan el corazón” como predijo Machado.
Una sociedad y un político bien nutridos no luchan, y una sociedad y un político famélicos no pueden luchar.
Busquemos el término medio, no el centro político, busquemos la austeridad y el ejemplo.
Porque con algunos tenedores, mejor sería comer con las manos.
Leganés, 10 de enero de 2009
José Manuel García García (JOSMAN)
1 comentario:
JOSMAN: HABIENDO LEIDO TU COMENTARIO SOBRE "SALICHAS Y EL TENEDOR POLITICO" ME PARECE MUY ACERTADO TU CONTEXTO Y MUY RESPETADO TU CONTENIDO, AUNQUE DISTA, DESDE MI PUNTO DE VISTA, DE LA REALIDAD SOCIAL, EL PODER CORROMPE, EL DEROCHE, EL PARO... TÉRMINOS FATALISTAS MÁS PROPIOS DEL COMUNISMO RECALCITRANTE DE PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX, QUE DE LA POLÍTICA ACTUAL. NI LOS POLÍTICOS SON TAN PELIGROSOS, NI LOS CIUDADANOS ESTAMOS TAN OPRIMIDOS. UN SALUDO
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