domingo, 18 de agosto de 2019

EL QUIJOTE Y ESPAÑA.


El Quijote dijo que: “A los hombres se les conocía por sus obras y no por sus palabras”
Y sin embargo, a Cervantes se le conoció por sus palabras escritas  en sus obras.

Y en ese unir la obra con la palabra, estaba el complemento necesario, hasta en su  Juez de los divorcios: “El invierno de mi marido y la primavera de mi edad” no solo estaba diciendo el problema de la edad en la pareja, estaba analizando sus consecuencias, y España tardó cuatrocientos años en  mal entenderlo.

El invierno no era el de la edad del marido, era el invierno de España, donde tuvo que poner a dialogar a los perros y a un loco que intentaba despertarnos para florecer en la edad de la mujer.

Los políticos todos viven una primavera ficticia, muchas palabras y pocas obras. Pero tienen los ases en la manga y saben que el electorado nunca se divorciará de ellos por una simple razón ni hemos sabido entender El Quijote, ni El diálogo de los perros, y mucho menos El Juez de los divorcios.

El problema político de España, no es de urnas, es de pensamiento.

JOSMAN.

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