Religión y amor.
Gracias a Dios los tiempos han cambiado, pero durante
siglos era difícil por no decir imposible, la unión entre un hombre y una mujer
de dos religiones distintas, como sigo estos días con Galdós en su “Gloria” aún
siendo una novela, aunque don Benito retrataba el realismo con gran exactitud.
Gloria, con un tío Obispo, es católica, y su enamorado judío, el mismo
Dios pero con diferentes sendas.
Todo ello hace
a priori el amor imposible, la barrera de la Iglesia ha destruido más amor que
todas las infidelidades juntas,
terribles siglos pasados, el peso de la Iglesia fue mayor que el de la roca de
Sísifo.
Yo escribí La
Iglesia de Dios, pero estoy a años luz de la literatura de Galdós.
Era ayer, pero
fue un ayer eterno, ¿Cómo sentar a una mesa cristiana a un yerno que no
quisiera rezar el Rosario? Y más en una población rural, donde se pasa lista
con los ojos.
Gracias a la
historia, pero gracias a nuestros escritores y poetas, que en los viejos
caminos nos dejaron la huella de sus pasos, la literatura por antigua que sea
enseña a vivir el hoy. ¡Gracias!
JOSMAN.
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