Ayer, mientras el recinto ferial, se ahoga por estas lluvias de otoño, quizás uno de los mejores poetas de Leganés, que vive alimentando gorriones en el anonimato bajo el seudónimo de Liberto Malasaña, me dejaba un comentario en mi blog, porque yo me ninguneaba en un pequeño relato sobre el Butarque, exagerando mi escasa creatividad y mis muchos fallos y torpezas literarias, casi como Platón sobre Sócrates, me nombraba para siempre Marqués del Butarque, el amor del amigo le lleva a elevarme a una mediana grandeza que no tengo, pero como el dice el Butarque es donde Dios se esconde, del ladrillo, y los cuchillos de la vida leganense, quizás en ese parque natural que casi no ha infectado la mano del hombre, ni siquiera mi bolígrafo cuando escribo allí, habita el Señor.
Alguien vio o se inventó una Virgen de la Teja, Liberto me abrió el pensamiento y el libro en blanco de la poesía social, me eleva al Parnaso, a una aristocracia poética, cuando solo soy barro butarqueño, como éste del Recinto Ferial, donde las carpas desaparecieron o las hicieron desaparecer, como desaparece todo en las mieles municipales, el rico panal...
Y, luego nos critican por escribir de política, cuando la política nos deja sin carpas, y embarrados, no busco culpables, no es mi misión, no soy Fiscal ni Juez, soy como dice Liberto, un marqués poético en un Butarque, donde entre su fauna y su flora, a veces se esconde Dios. El Dios machadiano," que todos buscamos y que nunca encontraremos" ¿Qué estaremos haciendo tan mal, que Dios se refugia en los juncos de pies de agua? y es que la sedimentación butarqueña, no es tan infecta como la superficie asfaltada de un Leganés enfermo y casi agónico.
JOSMAN.
2 comentarios:
¡Chapó, sí, y gracias!
Gracias Liberto, porque siempre has sido generoso conmigo.
Un abrazo y que al menos los gorriones vivan y tú con ellos, que ya es bastante en estos tiempos.
JOSMAN.
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