No me ha derrotado ni el poder militar, ni el político, me ha derrotado la ignorancia de un pueblo,
¡BIENVENIDOS AL INFRAMUNDO!
Cuando mi abuelo nació en una aldea asturiana allí en el último tercio del siglo XIX, ilusionando su niñez entre los prados, las vacas y esa música eterna de las ruedas del carro del país, no podría imaginar que 5 generaciones de su estirpe aún estando sobre la tierra, la pobreza continuada nos llevaría a la metáfora del inframundo.
Y durante ese tiempo sólo hubo un paréntesis de 3 años en que nos asomamos a la puerta de la “Caverna Platónica” pero nos volvieron a ella, para seguir encadenados.
Hasta la propia democracia en ocasiones nos ha llevado por los prados Asfórelos.
Durante ese tiempo el poder en la sombra nos colocaba un barquero que, en la mitología se le llamaba Caronte.
Era, es y será el barquero que nos lleva por el río Aqueronte, nos han llevado siempre, y aunque mi nota sea una simple metáfora y el inframundo el lugar donde siempre nos han querido tener, no como muertos, pero sí con esa vida asistida.
Quizás nunca nos han querido sacar de ella, y nosotros hemos sido capaces. Hoy los tambores electorales no muestran de nuevo ese viaje con el barquero.
Porque siempre y por siempre, como las ovejas conducidas por el pastor, nos llevan por el redil, del eterno reaccionarismo, y hasta en Leganés, con las pensiones insuficientes, los salarios precarios y múltiples necesidades, hacen voluntariamente el equipaje para ese viaje al reino de Hades, quizás sin saber que otro mundo saber el mundo es posible. ¡Bienvenidos al inframundo político y social! Llevad la bandera queda muy bonita en el río Aqueronte.
Y quien no quiera entender que no entienda, ya lo sufrirá.
JOSMAN.
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