domingo, 6 de agosto de 2017

EL HEDOR A MUERTE PROGRAMADA.


EL HEDOR A MUERTE PROGRAMADA.


Regresa uno a ese campo de batalla de la palabra escrita sobre lo social y político, y empieza uno a sentir ese hedor a sangre derramada, los españoles gozan con espectáculos de sangre, porque nos queda ese sentir romano del coliseo, del gladiador contra la fiera.

Leganés cedió 10.000 metros cuadrados para un coso taurino, el documento de la cesión, que sepa este aprendiz de poeta, nunca se hizo público, debiendo ser un documento público. 

Y desde entonces, gobierne PP o PSOE-IU, observamos como los encierros de los que van a morir, son gratuitos o pagados, la escasa transparencia en mi opinión, hace que el pueblo soberano no sepa a qué atenerse, si pagar por ver un encierro de reses bravas o entrar gratuitamente a despedir a esos toros que nueve horas más tarde probarán el sabor amargo de la muerte.


Leganés con PSOE-IU o PP vive en ese limbo de la inocencia, aquí lo mismo se cede terrenos, que se edifica un estadio para un campo deportivo a una entidad privada.

Los dos partidos que han administrado lo público, se han tapado el uno al otro e IU ha sido una muletilla como el invitado de piedra bien pagado. 

Decían los sabios romanos que el dinero es un "Dios sin templo" España y Leganés a medida que se separa del opio eclesiástico, levanta templos a nuevos dioses.

El PP quiso comprar la plaza taurina, con dinero público, pero era una actitud cuasi de dormidera hermana de la amapola, una de las flores más insulsa, que parece vivir en una simbiosis trigalera.

Sea como sea todo, nunca se ha aclarado públicamente y con publicidad para conocimiento ciudadano que contrato se hizo con la cesión del terreno, aquí se cede a los ricos, y a los pobres como a los criados en "El Buscón de Quevedo" se les deja las migajas, por aquello de que nos llaman socialistas.

Los socialista como el llamado Don Pablos, cambien o pueden cambiar de tierra o de lugar, pero no de vida y de costumbres y Horacio antes que Quevedo decía, no saldrán de ese modo de esta opacidad en la que llevan sumidos desde los años 90 del pasado siglo.

Foto de Google.

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