El gobierno de José María Aznar subvencionó a la fundación Francisco Franco con 150.000 euros entre el 2000 y el 2003, según ha respondido el ejecutivo estatal.
España vive circunstancias antinatura, tras dar por muerto al pulpo, 45 años después sus tentáculos siguen en movimiento, se hace apología de la dictadura, porque quien hace las leyes, blinda en parte comportamientos o expresiones fascistas.
La ley de Memoria Histórica ni se cumple ni se cumplirá y eso que es tan simple como su ideólogo el Sr. Zapatero, que se movía entre dos corrientes la del Duero y la del Duratón, y mezcladas no se diferencian y menos alcanzando la mar océana.
El Pazo de Meirás, arrancado obligadamente de las nóminas de los trabajadores gallegos, también está blindado, no se devuelve lo robado al pueblo.
Ese Pazo fue de la ilustre escritora doña Emilia Pardo Bazán, que paso a la historia por escribir, y no por alzarse en armas contra un gobierno legítimo.
Pero España vive en ese tácito tardofranquista, donde la nostalgia vive con respiración asistida y flores frescas con dinero público.
Hasta el eurocomunismo del 78 se abrazó a la reconciliación, pero ellos, los de siempre, impregnaron de semilla con disfraz las instituciones, y en ese sigilo del espía, manipulan esta democracia.
Nací en el franquismo, y moriré en el tardofranquismo, porque a mi se me puede perdonar no saber escribir, pero España es como el pliego de condiciones de la Plaza de Toros leganense, un pliego ambiguo, mal escrito, donde los encierros quedan en ese limbo, dentro de los 14 días, que primero fueron 10, obliga al empresario a poner las talanqueras, pero deja en tierra de nadie el pago de lo que es el encierro de reses.
Que pena que quien redactó el documento ganara más salario que el alcalde, a pesar de como informa Leganews existan dos sentencias que dictan la gratuidad del encierro de reses, pero no pidamos que sepa redactar a quien tanto cobra, además el mejor escribiente echa un borrón.
JOSMAN.
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