Como se acunan los versos del ayer,
acuno el cojín de mi almohada,
en la noche en que el silencio ronda
mi insomnio de primavera que marcea.
La memoria me devuelve al niño,
levanto mi mano y reposa en mi alopecia,
en la colcha fría escribo ciego
versos que jamas recuerdo, pasan
como ese rayito de luz del callejón
que la municipalidad me ofrece.
La aurora lanza el cojín al suelo,
lo levanto, le sacudo el posible polvo,
dos cabellos rubios de mi gata.
Quiero recordar el verso
y un imposible se desgrana en mi mente,
sólo dos sílabas, rotan y rotan,
¡amor, amor! y, una mano vertiginosa
levanta la persiana, luz y homicidio...
amanecer que el verso de la noche mata.
Leganés, 21 de Marzo de 2013
JOSMAN.
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