En Leganés hay que volver a A. Machado cada anochecer para entender a ésta Ínsula Barataria.
Leganés vive judicialidada, pero con hilo doble, cuando no son los nombramientos de Directores Generales de dudosa legalidad a priori, son presupuestos de la ciudad aprobados en Junta de Gobierno, es decir cuatro políticos, en vez del Pleno que nos representa a todos.
Por ello aquello que decía A.Machado:"Por dar al viento trabajo/ cosían con hilo doble/ las hojas secas de un árbol"
Nuestro Ayuntamiento recurre sentencias, y está en su derecho, pero si éstas se pierden o se perdieran: ¿Quién remedia lo gastado? y ¿Quién devuelve lo ganado?
La Justicia es lenta, y puede ser que cuando de una sentencia firme, algunos de los actores ya no estén en escena, ni siquiera estaremos los poetas aficionados, que observamos la aguja y el hilo doble.
Las abuelas cosían así los botones pantaloneros en mi infancia, con hilo doble, hoy se sigue haciendo, porque necesitamos sujetar lo imposible, como quien cose la hoja seca de un chopo, para que aguante un día más, el viento arrancará hilo, hoja y hasta el ramaje.
Leganés es así, PP y PSOE son así, no reforzaron la Justicia tanto en material humano como en recursos materiales, para relentizarla hasta el aburrimiento, y los procedimientos de todo tipo se eternizan, sean civiles, penales, o contenciosos administrativos.
Mientras tanto, cosemos y volvemos a coser, Leganés parece una abuela a la que se saca a la fresca con el costurero, y entre la aguja, el hilo doble y la tijera, se le va la vida, y espera como a la justicia hasta que el dedal se escapa de su dedo, después la llamamos a cenar y buscamos el pantalón aún sin botón, porque la dilación en la justicia, rebaja la pena, como se rebajan los sueños de la abuela, a golpes de hilo doble. Pero entre tanto, ahora que cambia "El Cebadero" de empresa, me voy a degustar unas almejas, pague quien pague, porque ahí no llevo a la abuela del hilo doble, que al fin y al cabo, ella es la que paga las sentencias primeras y las últimas.
Siempre hay una abuela que paga las multas del nieto descarriado con su paupérrima pensión, la abuela, es el pueblo llamado soberano.
JOSMAN.
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