viernes, 7 de septiembre de 2012

GRACIAS A UNA AMIGA.

 A Mari Carmen Estévez Rebollo, que tiene un hombro amigo, donde dejar el lágrimeo del dolor ajeno.
Que en esta caso, y en el día de hoy, es el mío.




Un diluvio inunda mi alma,

y sólo el desahogo en los versos

-sin rima que esclaviza demasiado

ni el metro del son cuadrado-

dejo escapar el desasosiego ingrato.

El papel es el desagüe de las noches,

bajo la lámpara amarilla, donde

una mariposa de verano, gira, gira,

como planeta soleado e indeciso...



JOSMAN.

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