Escrito hace años y tan vigente estos días.
Llorar por la calle La Princesa
como ser golpeado, deprimido,
andar tropezando sin motivo
oyendo risas jóvenes y frescas.
Sentirte en el vacío, acompañado
y no tener la protección del nido,
estar de más en un mundo mezquino
que pasa tan jovial, desenfadado.
Llorar ante una luz de pesimismo
que ríe de ti, sonámbulo sin tierra,
debajo de tus pies está el abismo.
Delante lo fatal, la nube negra…
que ha de tragarte sin más puro lirismo
en una sociedad que pide guerra.
Carmen Barrios Rull.
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