Lo he escrito cientos de veces, muchos
nacimos en una posguerra en que recientemente a los intelectuales y las Trece Rosas,
se las dejaba en una cuneta con un tiro en la sien, y ahora, no sé si los hijos
de aquellos, a falta de pistolas, no
están dejando las libertades y los derechos en esa misma cuneta, y nos costará
mucho levantarlos, mientras existan gobiernos de rodillas ante el gran capital,
y una nueva burguesía.
Siempre ha sido igual, no hay nada
nuevo, desde los Reyes Católicos, hemos querido siempre descubrir las Américas,
cuando son ellos los que nos han descubierto a nosotros, al igual que a Blesa, expresidente
de Caja Madrid, le descubrieron la banca de Florida… al tiempo que el mundo nos
descubría las preferentes, Urdangarín hacia las Américas por orden del el Rey,
y sabiéndolo éste o no, las Américas descubrían el cambalache del yernísimo.
Bárcenas viaja a Suiza, y le siguen los
granados valdemorinos, éste es el cambalache que nos cantó un argentino viendo
en el mundo como lloraba la Biblia frente a un calefón.
España tras 37 años de pasar por las
urnas, como los soldados lleva cinco siglos marcando el mismo paso político.
Mientras, los ciudadanos siguen cogiendo alimentos de la basura orgánica de los
supermercados, y los libros son pagados con las paupérrimas pensiones de los
abuelos.
El sueldo mínimo marcado en 640 Euros
mensuales, hoy es un espejismo, tenemos seres humanos con salarios de esclavos,
500 Euros a tiempo completo las ocho horas.
Los políticos de todos los colores han
descubierto aquello de “Ancha es Castilla”
Hemos descubierto la España de las
cacerías y los safaris, y la de la hambruna de yogures caducados y manzanas
picadas en los contenedores de basura.
Mientras el gobierno saca pecho en el
estado de la Nación, mostrando que es una nación en mal estado.
El bipartidismo nos devuelve a 1870,
aquella de Cánovas y Sagasta, Rajoy y Rubalcaba, es como si viviéramos en una
restauración permanente, entre Isabel II y Amadeo de Saboya.
Mientras, vemos el cocido de la política
bailar en su cocción de garbanzos negros y blancos, impregnados en la misma grasa
tocinil… de la mamandurria, mientras los meros poetas aficionados, afilamos
nuestras plumas y nos derramamos en unos versos de urgencia, que dejamos en
triste tinta, pidiendo la palabra en nuestra revista, en este tiempo cruel,
donde PP-PSOE, nos siguen dando el vinagre y la hiel, mientras ellos, se
rebozan en la miel pura que mana del obrero y la clase media contribuyente.
Hay políticos corruptos,
tentaciones de empresarios...
el ladrillo hizo amigos
de ese afán dinerario,
y ese es el cáncer de España
unido a la banca, estaño
que nos vendieron por oro
hasta dejarnos esclavos.
¿Que todos no son iguales?
ya lo sé, pero me espanto,
pero como en el cocido
bailan en el mismo caldo
el siempre garbanzo negro,
el siempre garbanzo blanco.
José
Manuel García García (JOSMAN)
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