No escribiré de politica, la detesto, como ella a mí, pero si lo haré de los problemas sociales, no sólo del hambre en África y sus miles de muertes diarias.
Mañana escribiré de los niños del mundo que teniendo una magna miopía no pueden comprar gafas, los que siendo grandes sordos no pueden comprar un audifono de 4000 euros, y van por el mundo ciegos y sordos, además de hambrientos y desnutridos, no es política, es humanidad.
A veces no quiero vivir en este mundo, porque ni siquiera yo, que soy lo peor que penséis de mi, me repugna gravemente.
Nuevamente elegimos a Barrabás en vez de a un pobre carpintero, y por si fuera poco, 2000 años después, festejamos hipocritamente su nacimiento.
Me indigna no hacer más, yo entiendo la miopía por razones familiares, y la sordera en grados magnos, y miro hacia aquellos que ya no tienen ayuda, sea la culpa de quien sea, para una prótesis, para unas simples muletas, para mal andar o mal ver o mal oír, mi amigo común Isidoro López Luna, pensionista con 700 euros mensuales, el pasado año, compraba dos audifonos - según su necesidad de seis mil euros- ¿y aquellos que no pueden,? ¿que supone ser miope de 20 dioptrias en África, que supone tener los timpanos perforados y la cadena ósea atrofiada en África?, sordos y si es de nacimiento, mudos de por vida, y confundir la silueta de un buey con la de un elefante. ¡Maldita miseria!
Mañana seguiré, hoy no puedo más, me ahoga la angustia, me desmorona que aquellos que más tienen realizan fugas de capital, para no aportar un céntimo al bienestar común del Estado, Hacienda no los persigue como debiera y no es sólo en África, en España hay pensiones de 400 Euros, hay desahuciados que les cuesta trabajo comprar el pan, ¿como van a pagar una silla de ruedas, una gafas un audífono? Pronto veremos a los lisiados como en la edad media arrastrados por una carretilla de madera.
Leganés, 22 de Diciembre de 2012
JOSMAN.
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