CON MI OBRA DE
TEATRO, TRATARÉ DE DEMOSTRAR COMO LA HARINA DEL ESTADO BENEFICIA A TERCEROS,
SIN UN VERDADERO CONTROL, QUE PROTEGIENDO O CREYENDO PROTEGER AL DESPROTEGIDO,
LE ABANDONA AL PAIRO DE LAS MAREJADAS HUMANAS, QUE SUELEN SER PEORES QUE LAS
MARÍTIMAS.
En el enrejado parque de “Los Frailes” de Leganés, paseaba quien esto
escribe una mañana soleada de Abril, tan sólo observaba esto que se repite casi
a diario en nuestra localidad, como tras el bello trinar de los gorriones,
acudían a dicho parque las aves carroñeras y picoteaban el cerebro de éstos
hasta que dejaban de mover sus alas de modo convulsivo en una trágica agonía.
A unos pocos metros de distancia hallé a Manolo, un paciente del
psiquiátrico que al parecer tal y como me cuenta él está en un piso de acogida
tutelado por este hospital tan famoso de Leganés.
Manolo exclamaba dirigiéndose al viento: ¡La harina, la harina!¡maldito Félix
que la inventó!
La relación que tengo con él me hizo decirle:¡ Manolo harina de trigo, no sabemos
quién la elaboró el primero, durante docenas de siglos se ha estado haciendo
pan y otros alimentos teniéndola como base de los mismos.
Instantáneamente exclamó: ¿Y tú que sabes del harina, y de mi harina? Y
sobre todo de la del estado donde todos metemos mano, y como dice un refrán de
tu carabanchelero barrio: “maricón el último”
Hoy la homosexualidad está bien vista, pero en aquellos años de mi juventud, parecía una ofensa para el honor de
los que queríamos ser hombres, hasta darnos cuenta que, la hombría está muy
lejos del aparato genital. Pero en verdad se decía mucho, “Una carrera a la
Fuente de la Mina, y maricón el último…” y hasta los comodones como yo,
corríamos para no ser maricones, y sin importarme la vida privada de mis amigos
de infancia, cuántos de los más veloces hoy tal vez en la madurez de nuestras
vidas sean con su derecho legitimo a serlo, aquellos maricones del ayer.
JOSMAN.
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