Hoy, en el Julián
Besteiro, hacemos un homenaje al poeta Miguel Hernández, si en esta España de
hoy viviera Miguel, volvería a la cárcel
o moriría de pena como A. Machado.
España ha tratado
cruelmente a sus poetas, y todos los poetas sociales, han sido generosos con
esta tierra de caínes donde se maltrata el pensamiento diferencial.
Sería bueno saber por
qué Quevedo murió en Villanueva de los
Infantes, tras su paso por la cárcel tras denunciar al Conde Duque de Olivares.
Aún más sangrante fue
el ataque sistemático a Diego Torres de Villarroel, catedrático en Salamanca y
a veces insultado por media ciudad y su Universidad, simplemente por dar
pinceladas sociales en su obra.
Podríamos recordar
también a Gabriel Celaya, a Blas de Otero, pero no debo extenderme para exponer
que: Mal padre y cruel Estado, el
que rescata a la banca y deja al ciudadano descalzo, uno con botines de oro y,
otros los pies desnudos en el barro, en esta realidad de España.
Josman.
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