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Sin mencionar a partidos políticos para no inclinarse uno a proa ni a popa de éste barco infecto, hoy todo me recuerda a Valdilecha, donde pasaba los veranos de mi niñez. Ahora, cuando de tarde en tarde acudo a ese rincón madrileño, observo como la vieja noria tiene oxidados los cangilones, hoy se coloca una manguera y un motor y se extrae cuanta agua permita el pozo, pero el exceso de mangueras nos deja sin recurso acúfero.
En Leganés la última noria en la Huerta de los Moñitos, la arrancó como una muela podrida el infecto urbanismo, dejando una de adorno en la Avenida del Rey Juan Carlos.
El ladrillo del que todos sacaron oro siendo barro cocido, cambió un modo de vida, nos lanzamos hacia la burbuja como los vampiros a la sangre, liberaron el suelo, y no quedó ni esa herencia árabe, ni respetaron parques nacionales.
El sistema que nos dimos,fue y es una Sodoma urbanística y mercantil, y de éstos cangilones oxidados nació un sistema que hoy ha quebrado.
Hoy no atinamos con la mano en la herida, los poderes de todos los colores, al contrario que Cristo, se la muestra disfrazada a un Tomás que duda.
TODO ésto ha reventado, la gente busca algo nuevo, porque lo nuevo es ilusión y, al mundo sólo lo mueve la ilusión. no me refiero a partidos políticos, me refiero a ideas. Pero volviendo a la antigua Grecia, no hay una "Tienda de las ideas" ni siquiera hay una generación del pensamiento, solo hay arribistas y euroistas.
A España la veo como a la vieja noria, no con los cangilones oxidados, la veo que es incapaz de girar, por ello sólo los reptiles bajan al pozo a través de sus paredes y se hidratan, los honestos burros, sólo esperan que la lluvia haga charcos y la espera los mata o se suicidan.
JOSMAN.
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