Tiempos electorales: Balidos de ovejas y carneros...
Capítulo XVIII de El Quijote:
Dice José Gabriel González Molina.
"Sancho le advirtió de inmediato que aquellos no eran ejércitos, sino dos bandadas de ovejas y corderos. Don Quijote le respondió que el miedo que tenía le impedía ver la realidad, pues “uno de los efectos del miedo es que turba los sentidos y hace que las cosas no parezcan lo que son”. Sin explicar más se lanzó contra ellos. Los pastores le pidieron que se alejase, pero al ver que don Quijote no hacía caso, cogieron las hondas y lo machacaron a pedradas, dejándolo por muerto.
A la primera pedrada, don Quijote quiso reponerse con el Bálsamo de Fierabrás, así que tomo un trago. Cuando Sancho llegó, después de maldecirse por ir con don Quijote, éste le pidió que le viese la boca, pues le faltaban dientes. Cuando Sancho se acercó, don Quijote vomitó sobre él. Del asco que sintió vomitó a su vez Sancho sobre el caballero, quedando los dos como de perlas".
Se levantó don Quijote y se acercó a Sancho para consolarlo, pues se encontraba muy triste por lo acontecido. Don Quijote le dijo: “Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto se ha de serenar el tiempo, porque no es posible que ni el mal ni el bien sean durables”.
Oímos mensajes de los partidos políticos qué, sólo son eso, balidos de ovejas y carneros, y que, sus pastores nos apedrean y nos dejan sin dientes.
JOSMAN.
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