domingo, 27 de marzo de 2016

ENCADENADOS.


Perdido y paseante por eso pueblos azules del suroeste de Madrid,  me interno en una breve e insuficiente lectura de “Prometeo Encadenado”: La tragedia de las tragedias, decía un genio alemán 24 siglos después.

Entre Serranillos del Valle y Villaviciosa de Odón, medito -quizás equivocado- que es éste hoy, donde el IBEX 35 es Zeús, Rajoy es el servicial Hefesto que encadena al pueblo que es Prometeo, que pretende arrebatarle el poder al tirano.

Han pasado más 2400 años desde que, dicen que Esquilo escribiera esta tragedia, y aún en esta timocracia digna de su creador Solón, no hemos aprendido nada, Prometeo estaba encadenado a unas rocas, por el delito de robar el fuego a los dioses y servirles grasas y huesos, dándole las buenas carnes al pueblo, nuestras cadenas no son tangibles, pero Prometeo tenía la palabra, en este hoy tenemos las cadenas invisibles, y para no hablar con Océano, OI o con Hermes tenemos la ley mordaza.

Y tras escribir a la sombra del Castillo de Villaviciosa, regresa uno por Villanueva de la Cañada, como queriendo mirar a San Martín de Valdeiglesias, donde hay otro castillo, y entre castillos nos queda esa sombra de una burguesía crónica que ni el bueno de Pericles sabría desencadenar.


JOSMAN.

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