Mientras el pueblo malvive con salarios mínimos, la juventud preparada se exilia laboralmente, los que permanecen en el suelo patrio no pueden emanciparse porque no les alcanza y están cautivos de la sopa de la madre o de la pensión del abuelo.
El SEPEC ofrece trabajo de dos horas para que el paro descienda, hasta los progresistas no quieren derogar la Reforma Laboral, - no la incluyen en sus acuerdos- otros votan en contra , y todos parecen mamar de un mismo seno, en definitiva arriman el ascua a su sardina, sabiendo que la lumbre la ponen los ciudadanos, no pueden perseguir un mínimo bienestar del llamado pueblo, porque ellos lo quieran o no, no son pueblo, son CASTA, CASTA pero todos.
Más que parlamentar hoy se braman.
Se creen dueños de la alquería,
son como una nobleza añeja
que aun se llaman señorías.
Y administran lo de todos
gozando de sus delicias.
Josman.
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