A Yoana.
A veces bastan tres palabra
estimada prima Yoana,
para desandar el tiempo
y refugiarse en la infancia
bajo una higuera antigua
de Miguel de la Emiliana,
sombrilla de Valdilecha
tan cercana y tan lejana.
Allí el amor sin pecado.
Allí la inocencia blanca.
Corriendo con la Vitoria
hasta encacerar mi alma.
Este viajar al pasado
donde la mente se enclaustra,
para aliviar la congoja
de la corrupción de España,
es un bálsamo aliviante,
mira por donde Yoana,
hoy descanso escribiendo,
hoy, escribir no me cansa.
Surgen los versos sin más
como suspiros que calman
por viajar a un ayer
en este Mayo que acaba,
¡Arroyo de Valdilecha
abrázame mientras pasas...!
JOSMAN
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