La disolución de ETA, me ha dejado impasible, me ocurre lo que a los ciudadanos que viven allá en Las Arribes del Duero con los buitres leonados,siempre han vivido bajo su sombra voladora, mi generación fue la que más sufrió sus azotes en forma de asesinatos, nuestro colectivo el cuerpo de la Guardia Civil fue el que mas atentados sufrió, perdí la cuenta, pero fueron más de 500 compañeros.
Este final anunciado es un alivio que llega tarde, España vive hoy mirando otros horizontes y hasta la banda derrotada busca lo que siempre debió de ser, reinsertarse en la vida ciudadana y puede aspirar tras su reeducación incluso a estar en las instituciones, que es donde se debe luchar pacíficamente por mejorar la vida social.
Sólo les ha faltado pedir perdón de una forma general, no solo a las víctimas sino al conjunto de la sociedad española.
El perdón es un alivio, y las víctimas necesitan ese alivio.
Pero quien escribe un folio puede escribir otro y ellos lo harán, Mientras tanto, sigamos la singladura de la vida, y aunque nadie pueda borrar esa sombra de la memoria, es tiempo ya de mirar al horizonte, que es lo que hace el caminante, buscando una meta mejor. Al fin y al cabo la vida es un camino.
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