LA
DEMOCRACIA Y EL ALMENDRO.
La democracia de la que
dice la RAE. Que es “La forma de gobierno en la que el poder político es
ejercido por los ciudadanos” pero, los ciudadanos con sus problemas de cada día
están más lejos de la democracia y se la dejan al poder político que la manosea
desde la representación que se les da, y en ocasiones creen que, una vez
votados es sólo un asunto de ellos.
La democracia, es como
la sombra del Centro Ramiro de Maeztu, donde se arrancaron los bancos para
sentarse, y dejaron el espacio para aparcamiento de privilegiados, y las
personas de la tercera edad en este Julio abrasante, solo cuentan con los que
están cara al sol.
Conocí a Marcelino
Camacho, líder sindical de CC.OO. allá por 1980 en el local de dicho sindicato
en la calle Butarque de Leganés, Marcelino tenía algo de paternal cuando me
hablaba. Entre poemas y reivindicaciones, me repitió aquello que solía decir en
sus intervenciones: “Nunca nos han regalado
el trabajo y la libertad, y por tanto hay que defenderlos cada día”
Aquellas conversaciones
eran cuando visitaba Leganés con
Josefina, me enseñaron que lo mismo pasa con la democracia, no basta con votar
cada 4 años, la democracia tiene que tener un control, como nos ocurre con la
hipertensión arterial y con la glucosa, por citar dos patologías, de nada sirve
saber que eres hipertenso y no ejercer un seguimiento con el facultativo.
La democracia, el
trabajo, la sanidad y la libertad requieren una atención, porque de no hacerlo
te las hurtan, porque en democracia y por la democracia se promulga leyes que
recortan derechos y libertades ya adquiridos.
Conviene recordar aquella cita: “La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los
problemas y la existencia de medios para resolverlos” (Enrique Múgica Herzog)
La democracia es como
el almendro ante la puerta del Bar Muñoz, sito en la calle Priorato núm 81, a
veces me cafeteo en él, y observo que, de muchos, no todos, los clientes, no
han observado como florecía el almendro la pasada primavera, y como hoy ya
crece el fruto, aún hoy sin madurar, es decir pasamos por la democracia sin
fijarnos en ella, sin ver si el almendro de la libertad ha florecido o da
síntomas de sequedad y sus hojas caen a destiempo, sabemos que está ahí el
almendro, pero pasamos al café o al bebercio, con o sin alcohol, sin fijar la
vista en él, a veces creo que ni el jardinero lo mira, está más atento a la
altura de seto y el césped. Así somos, y quien deja la cartera abandonada o la
mochila a unos metros de distancia, acaban hurtandosela.
La democracia tiene
instrumentos para defenderse y defenderla, pero tiene instrumentos como
decretos y leyes que convierten en legales el poder de debilitarla, lo hemos
visto con el gobierno del PP, recortando derechos, al tiempo que hacía una
amnistía fiscal, de donde se perdía lo necesario para amortiguar la crisis, que
nos han anunciado economistas.
Los ciudadanos no
hacemos uso real del art 23 de la Constitución y las entidades sociales
mínimamente, lo de participar en los asuntos públicos es fundamental, pero
sufrimos la inacción, y ésta de modo voluntario nos incapacita.
Sí, decimos lo que de
antiguo nos enseñaron, “la presión de la fuerza, también la injusticia quiebra”
Sin violencia pero con movilizaciones pacíficas, y la protesta, así como la
crítica no injuriosa, como hicieron las mujeres el pasado 8 de Marzo, podemos
tan sólo con eso, defender la sanidad, la libertad, la igualdad y el trabajo, y
si alcanzamos unos mejores servicios sociales, para cuantos no tienen voz ni
fuerza para salir a defenderlos, alcanzaríamos, como aquél sueño de Marcelino,
tener una democracia saludable, pero cuando la mayor manifestación en Leganés ha
sido por un triunfo deportivo, debemos de pensar que, una inmensa parte de la
ciudadanía pasa junto al almendro y la democracia sin verlo ni verla, y sin
preguntarse que sin agua y sol carecerá de vida.
José Manuel García
García (JOSMAN)
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