La democracia no es sólo votar cada cuatro años, a veces da la sensación que ni Sánchez, ni Casado, ni Iglesias ni Rivera, saben lo que es en ocasiones, los catalanes tampoco.
Cuando un prior de una orden Benedictina, está por encima de los acuerdos parlamentarios, y los del gobierno, debemos de decir y digo que: un Estado llamado democrático deja de serlo.
Si no se da con urgencia la separación de Iglesia y Estado, como hizo Francia en 1906, es que seguimos en aquel Estado que dijo A. Machado, un Estado de “cerrado y sacristía” “La España de charanga, devota de Frascuelo y de María”.
A la Iglesia hay que respetarla, paro hay que separarse de ella, dejar de subvencionarla o mantenerla con 11.000 millones de Euros anuales, respeto sí, a todas las creencia, separación también, no se puede estar a los caprichos de una religión que en el pasado ha traído demasiada decadencia a esta España, desde la expulsión de los judíos y moriscos, años después de finalizar la reconquista.
Un Estado no puede estar al pairo de lo espiritual, si la Iglesia no reacciona, debe de reaccionar el Estado y su democracia, si no es así, esta democracia no sirve, y su judicatura parece que sólo sirve para robaperas.
El Valle de los Caídos, es patrimonio del Estado, y por ende de todos, y lo que es de todos no puede decidirlo un prior, aunque se llame a su suelo sagrado.
Sagrado sí, para un sector de creyentes y devotos, pero ¿y para el resto? Los derechos de unos pocos no pueden prevalecer sobre los de todos.
JOSMAN.
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