Liberto llamó a muchas puertas para buscar la justicia social, pero ni con los socialistas halló un ápice de esa justicia, morirá si, dentro de muchos años, acompañando aún a su "Juan Galo" que ni en el Egaleo supimos entender, pero mientras existan gorriones habrá vida, y mientras haya vida, existirá la esperanza.
Podemos parar para respirar en la larga carrera de los años, incluso como esa cita "dar un paso atrás para coger impulso" los poetas como Liberto, nos empujan a los aprendices como Patón a Sócrates, nos enseñan a preguntarnos a nosotros mismos para hallar la respuesta acertada. Se te quiere hermano.
Nacido del alma de un poeta, que en este Leganés da de comer a los gorriones, arrinconados por palomas y urracas y hasta cotorras argentinas.
JOSMAN.
Dice mi hermano del alma Liberto Malasaña:
"Cuando el llamado pueblo soberano votó masivamente al partido de los pudientes (PP), yo me quedé huérfano de pueblo. Y pensé, entre otros muchos masacrados por defender los intereses del pueblo llano, en nuestro Miguel Hernández. Este pueblo no se merece más Cristos.
Lo del alcalde de Leganés es una vergüenza, no de él, sino de quienes pudiendo haberlo evitado no lo hicieron. Tengo la sensación de seguir en la posguerra, donde los que tienen y mandan, son los del Régimen, siendo las llamadas izquierdas meros figurantes necesarios para hacer creíble una astracanada a la que llaman democracia. En fin, seguiré acompañándote en tu blog, si me lo permites, y continuaré con mi nueva causa: dar de comer a los pocos gorriones que van quedando"
1 comentario:
Cuando te pones estupendo, tío Josman, se me viene el Niagara a los ojos. Pero, de verdad, no hay nada más gratificante que ver al indómito gorrión esperando una miga de pan de mis manos. El gorrión es la libertad con plumas, es el proletario de las aves y, por proletario, indefenso.
Yo, más que exiliado, soy algo así como un ermitaño, un soñador sin sueños, sin Dios, sin pueblo y sin sombra, que se me fue a la mar.Creo explicarme mejor en unos versículos de un libro que no consigo terminar. Veamos:
Como a León Felipe,
se me ha roto una palabra
en la mitad de un verso extrangulado.
Se me ha secado, de repente,
los manantiales de mi universo:
Hay un proyecto de cuchillos
rechinando en la sangre de los hombres.
Y a mí se me ha roto la palabra
y mis versos caminan hacia el cadalso.
En mi regreso a mí, como a León Felipe,
como a tantos poetas, se me ha roto la palabra.
Y así,
con mi sombra perdida,
rota la palabra,
suicidado el verso de la sangre
y con la paz temblando mientras vuela el halcón,
sólo me queda mi mar,
mi mar sin olas, sin agua, sin mar.
Un abrazo.
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