domingo, 17 de junio de 2018

LA SOLAGUA Y EL HONGO.



Foto de Lidu G. Gómez.
José Manuel García García

Intentare sacar en prensa un artículo más amplio sobre:
LA SOLAGUA Y EL HONGO.
En Leganés, todo es posible, menos asomarse a la mar, cuando Junio despierta las calores tras un Mayo tormentoso en lo climático y en lo político, no sorprende un olmo superviviente de aquella tala que se realizó cuando se reconstruyo el Centro de Especialidades médicas conocido como Pedroches, ahí en medio del casco urbano de un barrio que empieza a envejecer al ritmo que lo hago yo, en una oquedad del tronco casi escondido de los pacientes que meditan sobre sus patologías en ese constante entrar y salir del Centro Sanitario, hay salido un enorme hongo o gran seta de dimensiones enormes. No entiendo de ellas o ellos, pero dicen que no son habituales en este Junio que se asoma a menos de una semana del verano tórrido, donde los nicasianos y leganenses en general seguimos sin ver alzarse sobre sus cenizas a los vestigios de la antigua piscina Solagua.
Aquella que dejó morir el PSOE y el PP miró tanto a Legatec, que olvidó lo que importaba al vecino, y es que, fijándonos en el olmo del ambulatorio, los milagros sólo vienen de la naturaleza, el hombre y el político se inclinan más por el cemento y de tarde en tarde del acero cortén, este más propio de una Izquierda Unida, que se desunió tras colocar un reloj de Calle en una Plaza.

JOSMAN.
Foto: Lidu G. Gómez.

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