Como una maldición
de peste oscura en la historia,
la iglesia de Polvoranca
se nos cae piedra a piedra,
necrosis, memoria muerta.
Y estos gobernantes torpes
se negaron a mirarla,
a salvarla en la medida
de evitar esa escombrera,
esa brutal agonía.
La conocí con un nido
de cigüeña volandera,
hoy, es templo de las ratas
que entre agujas y jeringuillas,
y osamenta animal,
pelo y pluma sacudida
por un viento bailarín
que en la oscura noche silba.
Ayer un templo sagrado,
hoy, si existe Dios y la mira
si fuera tan justiciero
como se indica en la Biblia,
como a la mujer de Lot,
estatuas de sal sin vida.
¡Política endemoniada,
que hasta las piedras te gritan!
Leganés, 20 de abril de 2010
José Manuel García García (JOSMAN)
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