Azotan las soledades,
mujer y monotonía,
el hogar se hace convento...
verticales celosías.
Y, al regresar el guerrero:
cuanto amor y disciplina
donde nace el verbo amar,
el refugio, la caricia...
Repetición cotidiana,
el perfume, la rutina...
Azotan las soledades,
frente al reloj y las prisas.
Colaboremos señores,
enterremos al machista,
que muchos llevamos dentro,
en el rincón donde anida
hondamente lo salvaje,
y la razón desafina.
Esta obsesión del varón
que cocea y que relincha.
Desterremos el machismo,
edifiquemos la vida
de respeto y tolerancia
y en estelar armonía,
demos respeto, igualdad,
después de ello: la dicha.
Leganés, 18 de febrero de 2012
José Manuel García García (JOSMAN)
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