Cuando llegué a Leganés hace 34 años, conocí a doña Amparo, que años después, desgraciadamente, pasaría a ser viuda de Martín -Vegue, quizás por aquellos años era la mujer más bella de aquél pueblo que se convirtió en la ciudad que es.
Ha pasado un tercio de siglo, y doña Amparo, sigue teniendo no sólo la belleza, sino esa elegancia y la tierna educación de siempre.
Hoy he pasado por la Plaza de la Fuente Honda, cerca de su domicilio, y del maestro Santiago Gómez Valverde*, (músico y poeta) y mientras bebía de la fuente de agua potable de la ranita arencibica, he escrito estos versos, sin ningún precepto poéticos, tal y como nacían en mi mente:
Ya no suenan las campanas
sólo las del Salvador,
intimida Leganés
sonámbulos ateridos...
En este Enero que se muere
con los bancos vacíos.
Es la Plaza de España
escenario de fantasmas...
huele a Ayuntamiento viejo,
a legajos pueblerinos,
a estafeta provinciana.
Sin embargo Fuente Honda
con su fuente de la rana,
lagrimea, hasta suspira,
y, hondamente, Santiago,*
hasta la brisa descansa
cuando la elegancia brota
y el perfume nos embriaga,
es, doña Amparo que viene,
es, doña Amparo que pasa...
Leganés, 31 de enero de 2012
José Manuel García García (JOSMAN)
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