- Tan sólo tras la barbarie realizada o pensada como hoy, encuentran el sosiego, quieren lo que siempre han tenido, las dehesas, los pastores, la oveja, la lana, la rueca, la madeja y el ovillo, todo lo tejen, lo han hecho siempre y si alguien toma la administración por vía democrática, empiezan con el rosario aprendido de un comunismo inventado, intentando derrumbar el templo de la legalidad establecida, lo han soñado siempre y lo han realizado varias veces, y esa idea pulula por sus cerebros con un odio enfermizo, que sólo puede aliviarse con cultura, lectura, historia, pensamiento y filosofía lógica, pero para adquirirla hay que trabajarla, y eso es lo difícil de la vida en esta España nuestra, que creen que es sólo de ellos.
- Verdad es, que se editan más libros que nunca, y se venden, ¿pero aprendemos algo de ellos? Nuestra historia está escrita y tropezamos en cada página de ella, vamos en ocasiones tres pasos más atrás de eso que llamamos comprensión lectora, y si la comprendemos se nos olvida, como se nos olvidaba poner los garbanzos en agua la noche antes de un cocido madrileño.
- Hemos tenido sabios de primer nivel, de la ciencia y el pensamiento generalizado, están al alcance de la mano, en las bibliotecas, en librerías, todo cuanto se ha descubierto o creado está en negro sobre blanco, ¿pero y la voluntad de asomarse a los libros?
- Quizás solo nos asomamos a ellos, para en los textos universitarios alcanzar un nivel académico en una materia, para labrar nuestro futuro profesional, lo demás nos suena a “Cuento de Navidad” de Charles Dickens, o “Adiós Cordera” de Clarín, y si entendiéramos estos, ya sería bastante.
Josman
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