domingo, 13 de diciembre de 2009

BAJAS PSICOLÓGICAS EN LA GUARDIA CIVIL, UN GRAVISIMO PROBLEMA SOLVENTABLE.

Artículo de mi amigo y compañero Miguel Ángel Lezcano.

Esta vez me gustaría abordar un grandísimo problema que afecta a un colectivo como el de la Guardia Civil. Quiero señalar que no soy un estudioso del tema, si bien un perfecto conocedor de muchas de las circunstancias que llevan a los miembros del Cuerpo a darse la baja psicológica.

Es obvio, como así reconocían todos los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados, que el índice de bajas psicológicas en el Cuerpo, así como en el de la Policía se habían incrementado de una manera alarmante en los últimos años.
Es muy difícil abordar uno por uno los casos que se producen en el Cuerpo, aunque si lo vemos desde un punto de vista general, podemos destacar claramente aspectos claves para que se produzcan tales circunstancias. Entre ellos podemos señalar la presión a la que se ven sometidos los componentes del Cuerpo, amparándose en un absurdo y anticuado concepto como el de la disciplina militar mal aplicada, sobre el que se esconden en muchísimos casos los más abyectos y escandalosos casos de acoso laboral. Si a esto además le sumamos las penosas condiciones laborales, la escasa remuneración económica en comparación con otros Cuerpos de la misma naturaleza y la tortuosa calidad de vida por la que atraviesan muchos guardias civiles y metemos todas estas condiciones en una coctelera, podemos hacer un gran cóctel explosivo para cualquier mente humana.

Los que conocemos perfectamente la Institución sabemos y afirmamos que en la Guardia Civil existen graves casos de acoso laboral. Lo afirmo rotunda y categóricamente. Así mismo puedo añadir que todavía no conozco ningún caso donde se haya intentado mediar para que esos hechos dejaran de producirse, si bien he visto como se incrementaba el acoso escudándose en el oscuro apoyo jerárquico, llegando en más de un caso a ver como compañeros se quitaban la vida al no poder soportar tanta presión.
Hace poco se debatía en la Cámara Baja sobre el incremento de los casos de bajas psicológicas en la Guardia Civil y el propio Director General del Cuerpo reconocía su aumento. Quisiera destacar alguna de las frases de esa intervención:

El Señor Ignacio Cosidó Gutierrez, portavoz de la Comisión de Interior del Grupo Popular se dirigió al Director General del Cuerpo y a la Cámara, destacando alguna de sus frases:
Tenemos un problema y me alegra que usted lo reconozca como tal. Me preocupaba especialmente el fuerte incremento en el número de bajas en el año 2007. En la Guardia Civil habríamos pasado de 45.000 a más de 50.000, con un incremento del 12 por ciento, pero también en el Cuerpo Nacional de Policía habríamos pasado de 14.000 bajas a más de 15.000, con un incremento del 7,6 por ciento, es decir, este no es un problema exclusivo de la Guardia Civil, es un problema conjunto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El tema de las bajas psicológicas es particularmente inquietante por lo que significa de signos de depresión, desmoralización y desánimo que creo que se pueden vivir en una institución. Aquí nos movemos en dos dimensiones. Usted nos ha dado algunas informaciones sobre medidas que ya se han adoptado. Yo creo que sigue existiendo un claro déficit en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en materia de riesgos laborales, que se han dado algunos pasos en esa dirección. Al final, este número tan elevado de bajas pone de manifiesto que tenemos un problema de salud laboral. Por tanto, debería haber un esfuerzo y una prioridad mayor por parte del departamento. En segundo lugar, hay bajas que son absolutamente inevitables, pero pienso que una parte tiene que ver con una situación de desmotivación, de descontento, de conflicto y de desmoralización que usted conoce que se vive en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, porque usted sabe bien que ha habido numerosas movilizaciones, manifestaciones de protesta, comunicados sindicales y de asociaciones que ponen de manifiesto este profundo malestar que existe.

No creo que pueda establecerse una causa directa entre malestar y bajas de ningún tipo, pero sí creo que unas fuerzas de seguridad motivadas, adecuadamente remuneradas, reconocidas en su esfuerzo profesional, tratadas con la máxima dignidad y con capacidad de diálogo y de liderazgo por parte de sus mandos políticos, de sus responsables políticos, sin duda contribuye a que las cosas funcionen mejor.
A su vez el Director General del Cuerpo, contestó, quedándome con algunas frases de su argumentación:
Es verdad que se ha producido un incremento en el número de bajas. Es evidente que a nosotros nos preocupa el tema y que hemos hecho algunas actuaciones que le recuerdo: modificación de la productividad en alguna zona en especial como es el ámbito del tráfico, que era la unidad que más problemas tenía, con una disminución de más del 25 por ciento; dos, estamos fortaleciendo las unidades de psicología y psiquiatría en relación con el tema de las bajas psicológicas; tres, estamos tratando de invertir en los temas relacionados con los riesgos laborales, y, cuatro, estamos estudiándolo desde todos los puntos de vista, porque, usted lo conoce como estudioso de los problemas de la Guardia Civil, es un problema existente desde hace muchos años.

Muchas veces la dimensión de los datos no nos deja ver el bosque adecuado, porque estamos hablando de un colectivo muy amplio, muy desperdigado y que es también un colectivo muy horizontal, lo cual conlleva muchas veces todo tipo de dificultades de gestión, desde el punto de vista del personal. ¿Existen bajas psicológicas? Por supuesto.
¿Existe un número de bajas cuantioso? Por supuesto. Estamos estudiando y señalando medidas. Estamos incentivando para que esto no se produzca, lo mismo en el Cuerpo de la Guardia Civil que en el Cuerpo Nacional de Policía. Estoy con usted en el sentido de que es algo que nos preocupa y seguiremos trabajando para que la próxima vez que tengamos que suministrarle datos a S.S. sean datos mucho menores y mucho más positivos.

Pues bien, es curioso que los diferentes Grupos no se pongan de acuerdo en numerosas cuestiones, si bien es obvio también que todos coinciden en una problemática tan grave como el de las bajas en la Guardia Civil. Sin embargo me gustaría dejar unos pequeños apuntes que manifiestan la situación real por la que atraviesan los miembros del Cuerpo, sumándolos a los que ya he mencionado anteriormente.

La realidad es que cuando se produce algún posible caso de acoso en la Guardia Civil, no existe ningún órgano de mediación o solución de conflictos externo, que pueda mediar en la conciliación del problema, existiendo sin embargo un apoyo jerárquico exacerbado y absurdo, que lo único que hace es agravar el problema.

La realidad es que un guardia civil, se sigue viendo indefenso a la hora de denunciar una situación anómala en el Cuerpo y que acaba derivando en una persecución encubierta, sobre aquel que intenta declara dicha irregularidad.

La realidad es que la propia Dirección de la Guardia Civil, elevó un informe por el que consideraban que el pensionazo podía ser un aliciente para acabar con el aumento de bajas en el Cuerpo. Para el que no sepa que es el pensionazo, se trata de una de la peores, nefastas y antisociales medidas que el Gobierno socialista escondió como se podría decir, con nocturnidad y alevosía en unas disposiciones adicionales en los presupuestos Generales del año 2008-2009 y que consistía en un triste y grave recorte social para los guardias civiles y miembros de las Clases Pasivas que pasaran a la situación de retirado por inutilidad física o psíquica, donde sus pensiones podrán ser recortadas hasta un 5º % en algunos casos, dejando en una clara indigencia a muchos de los componentes del Cuerpo, que han arriesgado su vida, día a día por todos los ciudadanos.

La realidad es que la prevención y aplicación de los riesgos laborales en la Guardia Civil, siguen siendo inútil e inexistente y los órganos encargados de los mismos, están demostrando día a día su ineficacia.

La realidad es que los guardia civiles siguen viendo recortados constantemente su dignidad laboral y económica, mientras que a otros colectivos (a los cuales les deseo que sigan mejorando), ven como mejora su dignidad económica y laboral, ya que políticamente interesa y es un intercambio de cromos en el Congreso como apoyo a diferentes Leyes que se quieran sacar por Grupos de otra opción política.

La realidad es que grandes profesionales del Cuerpo, con numerosas felicitaciones y medallas, ven truncadas sus carreras como Guardias Civiles, porque la Institución no se ha preocupado de que haya órganos externos que no permitan el acoso laboral en el Cuerpo, teniendo que retirarse por bajas psicológicas, encontrándose con la dualidad de que además no se les reconoce en ningún caso que su situación ha sido provocada por cuestiones laborales, teniendo que recurrir siempre a los tribunales de justicia, pasando un nuevo calvario añadido al que han vivido en el Cuerpo.

Desde mi humilde blog, me dirijo al Director General del Cuerpo y al Ministro del Interior, para que subsanen estas deficiencias

Esta es la realidad de la Guardia Civil

Un saludo

Miguel Ángel Lezcano.

http://malezcano.blogspot.com/

4 comentarios:

Paladín dijo...

Yo soy uno de los Guardias acosados psicológicamente, aunque no por los mandos, sino por compañeros jóvenes y menos jóvenes de nefasta educación y sentido de la dignidad.
MI caso está en el tribunal de justicia militar, aunque desconozco al día de hoy su desarrollo.
Ese acoso, de carácter homófobo, se produjo con el pleno consentimiento del Jefe de la Comandancia de Valencia y fui expulsado de mi destino, donde estaba en reserva, tras 6 meses de baja psicológica impuesta, con la experta ayuda del Capitán Psicólogo de dicha Comandancia, al servicio de la voz de su amo y no del sufrimiento del afectado. Se me dio de baja para apartarme del lugar del acoso (la casa-cuartel de Patraix), en donde estaba destinado desde Abril de 1.968 (es decir 40 años en el 2.008), y a más inri "por conveniencia del servicio", es decir con carácter forzoso, dejando sin sancionar a los acosadores con arreglo a la Ley y a los reglamentos del Cuerpo.
Dicho acoso se llevaba a cabo por miembros del Servicio de Conducciones de la Comandancia, en la puerta de entrada de dicho acuartelamiento, profiriendo insultos, vejaciones, humillaciones e incluso amenazas de agresión. Hasta cursé un parte por escrito de una vejación durísima e intolerable que el Jefe de la Comandancia ni estimó ni curso a niveles superiores y, aunque si fue puesta en conocimiento del General de la Zona, éste se limitó a exculpar a los implicados, seguramente para salvar la cabeza del Coronel Borrell Vives, Jefe de la expresada Comandancia.
En suma, por la vergonzosa arbitrariedad con que el caso ha sido llevado he dejado de prestar servicio al Estado dos años y medio, aproximadamente, puesto que el destino revocado abarcaba hasta el final de mi vida en reserva: los 65 años.
Parece mentira. pero en este régimen político de Estado de Derecho, según se dice y me alertó un abogado, los mandos superiores de la Guardia Civil gozan de absoluta impunidad en el exceso y abuso con el que suelen o pueden tratar a sus subordinados, salvo que falten en cuestiones políticas o se produzcan rencillas entre ellos.
¡Lamentable!

poejosman dijo...

Compañero Enrique, contra eso que cuentas he luchado 35 años, después de leerte a tí, y aún pensando que hemos avanzado algo, me da la sensación de que seguimos anclados en 1844, sólo desde aquí enviarte ánimos y un fuerte abrazo.
JOSMAN.

Paladín dijo...

¿Pero en que Estado de Derecho vivimos?, al fin de cuentas, esta democracia española ¿por qué se caracteriza? ¿Donde está el respeto a la Ley, si lo encargados de velar por su cumplimiento hacen lo que les viene en gana contra ella, sin rubor?
Este caso mio lo sabe la Dirección General del Cuerpo a través de la AUGC ¿Y que ha hecho?. Estos Coroneles, que han llegado a semejante cargo por escalafón, sin otro mérito que el conseguir el ingreso en la Academia General Militar en su tiempo y con la inestimable ayuda del trabajo de sus subordinados, del cual encima se llevan los máximos honores y las condecoraciones de mayor rango, sin otro trabajo que estar sentados en sus despachos mientras los demás se juegan el tipo y su valía profesional. Eso sí, gritando como desaforados cuando algo les incomoda, amenazando y amargando la vida al que se les antoja, muchas de las veces porque les va al en sus asuntos personales y vierten su ira en los desvalidos subordinados que no pueden responder como el caso requiere; imponiendo su autoridad a golpe de ¡Por lo digo yo y basta! y ¡No hay otro criterio que el mio, que para eso soy el que mando!. Bueno, todo esto no es nuevo, ha sido desde que el mundo existe, y parece que no hay manera de cambiarlo.
Gracias a Dios que no son todos. Los hay bien distintos; he conocido a varios, buenísimos Jefes, aunque sin defectos no haya nadie.
Es una pena, pero siguen habiendo perjuicios y prejuicios en nuestra profesión, como en todas; a la postre somos seres humanos con lo que ello implica.
Esperemos que, aunque sea lentamente, se vaya progresando en la eliminación de esos tics heredados de épocas superables. Mientras tanto a seguir luchando.

Ignacio dijo...

mandos aburridos o tediosos, que a falta de enemigos, la toman con los guardias, vigilándolos, insultándolos, humillándolos y amenazando con corregirles por cosas nimias. Contra este “enemigo”, el propio mando, ninguna estrategia de defensa viene reflejada en los manuales policiales o en el código militar. Unicamente aguantarse, porque si protestas nadie va a venir en tu ayuda. Como mucho el Coronel de la zona de turno se limitará recibirte, a decirte que se trata de asuntos internos, y a no hacer nada