En un lugar burgalés, del que creo recordar que llevaba el nombre de “Las Cumbres del Duero” pedanía que desapareció como tal en la Segunda República española, y que visité hace dos años, me contaron una tradición a modo de leyenda o cartas como aquellas que nos dejó escritas Gustavo Adolfo Bécquer, en especial, las últimas escritas desde su celda en el Monasterio de Veruela, cerca de las localidades de Tarazona y Trasmuz, donde aún las brujas pululan presuntamente por las noches, para después reunirse en las ruinas de su castillo, que ya cubre en parte, las tierras y arenillas empujadas por el viento.
Dicho esto, contaré la historia, cuento o leyenda, tal como me la narraron a mí. En el sigo XVIII, en “Las Cumbres del Duero” había dos molinos, durante generaciones de familias de agricultores, todas ellas solían llevar su trigo para convertirlo en harina, de esa de la que, siempre ha salido el pan de la gran Castilla.
El principal molinero se llamaba Antonio, y medraba y medraba, mientras al otro molino apenas si le hacían caso, se decía en aquella época que la buena o mala administración del grano, era que, presuntamente, Antonio se quedaba con dos kilos de harina de cada costal.
De esto, iban hablando José y su hijo Juan, una mañana delante del carro que llevaba los costales.
Juan: Papá, ¿no sería bueno cambiar de molino?
José: Hijo, cambiaríamos de molinero, pero no de ladrón.
Juan: Papá lleva engañándonos él, y su padre, desde que tú venías con el abuelo.
José: Quizá lleves razón, y sea éste año el oportuno para cambiar, y que nos robe otro.
Juan: ¿Recuerdas papá que leímos en los periódicos de la capital que los candidatos a Cortes eran elegidos cada cuatro años y si no le gustaba al pueblo su gestión cambiaban de representantes en el Congreso, lo mismo podemos hacer nosotros con nuestros molineros?
José: Buena idea hijo, no cambiaremos quizás de ladronzuelo, pero durante cuatro años cambiaremos de molinero.
La conversación corrió como la pólvora por posadas, bodegas, huertas y campos, toda la comarca reflexionó sobre lo citado, y desde entonces, toda la comarca lleva sus cosechas por periodos alternos a los dos molinos, salvo Nicasio que es cuñado de Antonio y parece por parentesco estar afiliado al mismo molino.
Ni siquiera en las dictaduras de Primo de Ribera y Franco cambiaron este hábito que ellos denominaban de “higiene molinera”, pues dicen en aquellas tierras que en cuatro años se purgan todos los pecados.
Y, desde entonces, dicen que los costales salen más colmados, y es más, los molinos no tienen ni polvo de harina en paredes y suelos.
Sus balanzas tienen fama de ser las más perfectas de España. Así como los accesos, los caminos han mejorado, y hasta ofrecen vino de la tierra a los costaleros entre carga y descarga.
Desde ese día de agosto de 1875, en esa parte de Castilla se desterró aquél dicho de: “Cambiarás de molinero, pero no de ladrón”
Anos después, José, descargaba un costal y le preguntó a Juan, su hijo, ¿O me hago más viejo o me pesa más el costal?
El hijo, contestó, ¡no papá, es que te pesa más la confianza, y eso, ya es bastante!
Leganés, 13 de enero de 2011
José Manuel García García (JOSMAN)
2 comentarios:
“Si guardas en tu puesto, la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca, las dudas que ellos tengan.
Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas,
Si no buscas mas odio, que el odio que te tengan…
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres,
Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofismo del orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre, a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga, de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada,
porque tú lo deseas y lo quieres, y mandas.
Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llegue a hacerte la herida,
Si todos te reclaman y ninguno te precisa.
Si llenas un minuto envidiable y cierto,
de sesenta segundos que te lleven al cielo….
Todo lo de esta tierra, será de tu dominio,
y mucho mas aún,
serás hombre, hijo mío”.
Rudyard Kipling
Feliz fin de semana
http://anticipa-vecinos-leganes.over-blog.es/
Gracias anticipa-vecinos,¡cuánto aprendo de tus comentarios!
Sigue escribiendo igual de bien en tu blog, no decaigas, nos hace falta tu reflexión y tu luz.
Un abrazo y también buen fin de semana.
JOSMAN
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