A mí, ya no me duele, me asquea, las deudas de ésta piel de toro, realmente no son de los trabajadores, esos que aún viven con sus padres frisando la edad de los 40 años.
Aquellos que no tienen coches de alta gama, ni vivienda, aquellos que durante generaciones han sido y serán proletarios.
Nunca podrá haber paz real en esta España dividida; poderosos y casi mendigos, esos nos llevó a una guerra civil y una dictadura. Y ahora, cuando creíamos que viviamos en una democracia, ésta se desmorona con aeropuertos peatonales, -que así los llaman en las tertulias de los interesados de uno y otro bando-, en los dos a lo largo de la geografía española han existido corruptelas, hemos tenido y aún tenemos "Francos y bandoleros" con acta de demócratas.
España les dolía a los poetas sociales, y sin embargo, si volvieran Hernández, Machado,Celaya y Blas de Otero, vomitarían, por la deuda generalizada, por el despilfarro, por el comportamiento faraónico de muchos políticos.
El obrero, es ajeno a toda esta basura, solo es un esclavo de sus hipotecas y de los mercados, dónde él mismo, arrastra su desgracia llevando el timón de sus hijos, que aún no saben que:"lo llaman de democracia y no lo es"
El poder de los poderosos, Europa, los comisarios de una y otra área, nos marcan el paso como los antiguos sargentos chusqueros, y nos arrean como a burros, por si el oficial de turno, -desde su despacho de Europa, - se asoma a la ventana y nos ve fatigados.
No me gustaría ver una revolución obrera en España, pero a veces temo que sea necesaria.
Leganés, 15 de marzo de 2012
JOSé MANuel García García (JOSMAN)
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