Mucha gente sabe el amor que siento por Valdilecha, la pobración natal de mi madre, allí hubo hace muchos años un bar , donde alguien cada sábado, me preparaban un bocadillo de anchoas, tras mi viaje en el utilitario Seat 600.
El sabor salado de las anchoas encontraba después otro más dulce, pero eso pertenece a una juventud jamás encontrada, porque posiblemente nació perdida.
Pasión dulce del ayer,
luz mental de aquellos días,
juventud nunca encontrada
porque ya nació perdida.
Hoy, madurez hipertensa,
ayer, la anchoa bendecía
mi cuerpo y mi alma toda,
Oásis que perseguía...
¿dónde estás? que mi memoria,
más que recordar, suspira.
Leganés, 4 de marzo de 2012
José Manuel García García (JOSMAN)
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