El pasado día 7, en un recital poético en el C.C.C. José Saramago -Teatro José Monleón- en homenaje a la mujer, me reencontraba con mi maestro y amigo Pedro Cordero Alvarado, entre otros muchos amigos/as que participaban en el mismo, en un momento determinado en la espera del comienzo del acto, Cordero y yo, sacamos a colación la historia, la homosexualidad y a "Paquito Natillas" Francisco de Asís, marido y rey consorte con nuestra Isabel II; dándole una paliza dialéctica e innecesaria a Virginia Benito concejal de Leganés por ULEG.
Recitamos a dúo aquellos versos de Gustavo Adolfo Béquer, ilustrados por su hermano Valeriano:
"Paquito Natillas,
de pasta de flora,
que mea en cuclillas
como una señora".
Fue el mismo Pedro Cordero quien me habló de la posible malformación congénita del rey consorte con el nombre de Hipospadia, en la cual la uretra, no llega a lo que es común, al glande del pene, alcanzando solamente en ocasiones el perineo.
Es por ello la dificultad de su Majestad de orinar de pie como cualquier varón.
Es por ello que, sea la sátira sobre un rey consorte o contra el más pobre de los hombres, cuando ésta es por un problema físico, mental o sensorial, los que somos aficionados a la sátira, jamás debemos de emplearla, como ya hizo siglos atrás Francisco de Quevedo, con la nariz de Luis de Góngora.
Se puede ser rival en cualquiera de la artes, de la política, de lo social en general, y utilizar la palabra para el enfrentamiento, pero la sátira se vuelve innecesaria y poco humana, cuando en ella reflejamos aquello de "Érase un hombre a una nariz pegado" como escribía Quevedo.
La sátira siempre ha sido y debe ser necesaria, pero rebozar los defectos físicos en la palabra dicha o escrita, es una crueldad, que ningún escritor o aficionado como en mi caso, se debería de utlizar.
Leganés, 9 de marzo de 2012
JOSé MANuel García García (JOSMAN)
2 comentarios:
Estimado amigo, en mi opinion poemas como el de quevedo son caricaturas en verso, hablar de un defectillo relaccionado con el tamaño de un organo no creo que sea nada malo. Ahora bien un defecto fisico, como una cojera, una ceguera etc...eso ya es otro cantar.
Le saluda atentamente, un señor de frente despejada y mas largo que un domingo sin dinero.
Un abrazo amigo
Buena explicación amigo Mariscal, los domingos sin dinero me recuerdan a mi infancia y la perra gorda -los diez céntimos de la peseta-
Un abrazo:
JOSMAN.
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