Ayer tras la mañana carnavalesca, al tomar café en la Picota, vi un amigo picoteando, y gimiendo en el silencio de su rincón.
Parado, separado y sin esperanza. Yo que también andaba con el alma descarriada, me lo llevé al Butarque y allí hicimos el ejercicio psicológico de buscar las almas, consegui sosegarlo, algo que nunca consigo conmigo, al final le arranque una sonrisa, diciendole que mi alma... solo era polvo de molino.
A veces uno debe de ponerse por debajo, para que otro se sienta más arriba y escribí:
Fui buscar al Butarque
lo que quedó de mi alma,
tú me la había pisado
y la encontré triturada...
Como el trigo en el miolino,
ya soy polvo, casi nada.
El amigo en cuestión que creía que yo era un ogro, por haber leído algún comentario politico salido de mi mano, me llamó "Veleta" quizás porque tan pronto soy crítico político amateur, y otras, me dejo llevar por el amor, y la melancolía, el caso es que, "Veleta" o no, le saqué mentalmente y temporalmente, de ese pozo donde muchos madrileños hoy, viven en la "Misericordia" de Benito Pérez Galdós.
JOSMAN.
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