Tranquil@s nuevamente, no escribiré de política local, quizás porque ésta política sea de tercera división, y yo, sólo sea un poeta amateur, que ni llego a jugar con la pluma en divisiones preferentes.
Pero escribiré hoy de los arribistas, de la avaricia del ser humano que lleva a la corrupción que tanto perjudica ésta sociedad de la que formo parte.
Todos los idealismos tienen arribistas sin escrúpulos, y éstos, son fruto de la avaricia que acaba llevando a la corrupción, y en ésta, siempre hay un perjuicio a la sociedad, por hacerse con dinero público.
Extirpar las avaricia que lleva a muchos políticos de distintas ideas a la ya citada corrupción, es sin duda castrar su cerebro humano, y ese es un crimen mayor que el que se debe de evitar.
Sólo las nuevas generaciones cimentadas en una educación, que como base respete lo de todos, tendrá una mínima esperanza de cambio.
Mientras tanto, rememos contra este viento.
JOSMAN.
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