lunes, 4 de agosto de 2014

EN EL RINCÓN DE LOS VERSOS.

En el rincón de los versos, hay días que imposibilitado para escribir mínimamente, hay que volver a los viejos maestros, para alimentar el alma.

Hay días en que uno no sabe que escribir, que nada acude al magín, ni siquiera a la memoria, es entonces cuando me refugio en A. Machado o Miguel Hernández, y trato de aprender algo sobre las letras, qué dicen y qué esconden las metáforas, hoy me he encontrado el viejo libro de Bécquer "Cartas desde la Celda" en la quinta, Gustavo Adolfo, desgrana la esencia de la pobreza, y esa ayuda de Dios, a veces, solo a veces, a los pobres de siempre y:

"Dios, aunque invisible,  tiene siempre una mano tendida para levantar por un extremo, la carga que abruma al pobre. Si no ¿quién subiría la áspera cumbre de la vida con el pesado fardo de la miseria al hombro?"

A esta España de hoy, le hace falta un Dios, un Bécquer y sobre todo honestidad, le falta de todo.

JOSMAN.

Cuando nada surge del manantial de mis versos, uno retrocede 144 años, para abrazar de nuevo la idea becqueriana.

2 comentarios:

liberto malasaña dijo...

Con tu permiso,amigo, vengo a pasear por la avenida de tus versos y de tu prosa, donde el corazón de tu alma palpita con la fuerza del que quiere despertar a Dios con su latido.
"Sólo Dios es el consuelo del solo."Dije yo cuando fui poeta y ahora, que ya no lo soy, me agrede, con rencor, el desierto blanco del folio sin poemas y ni Dios me sirve para desatar el nudo de mis contradicciones.
El mal es un monstruo que siempre tiene sed de sangre y hambre de tiernos corazones de poetas que creen que los pueblos son algo más que arena o cruz que espera el resurgir de Cristo para clavarle en ella y, sin embargo, aún quedan un puñado de gorriones o poetas que, como tú,voláis en cada verso por el ignoto azul de los cielos del mundo. Gracias y un abrazo.

poejosman dijo...

Querido Liberto, en tu prosa poética, queda mucha simiente, y me duele que , según dices la tengas abandonada.
Queremos aunque tu no quieras, recibir el alimento de tu pluma y tu reflexión.
Rellena de nuevo esos folios blancos y esas cuartillas, porque jamás se vacía el magín de los sentires.
Y algunos aunque no seamos muchos, como los desiertos, necesitamos tu oasis, que nos refresque las ideas.
España nunca necesito como hoy, de hombres libres pensadores, y tú desde tu retiro paseante y gorrionero, no puedes ni debes privarnos, de esa brisa fresca, de ese agua necesaria.
Nadie es nadie mientras vive, y tu vives plenamente en esta reflexión que me haces.
Solo, según dices estás en un tiempo sabático, donde tus gorriones son una adormidera transitoria.
Un abrazo y salud.