domingo, 24 de agosto de 2014

LA MUERTE CONSTITUCIONAL.

 
Se puede derogar una constitución, si ha dejado de servir, pero no se la debe marginar o mancillar diariamente.
 
 Vivimos como podemos, en este país siempre mal gobernado, sobrevivimos bajo el yugo de los pillajes y del absolutismo bipartidista.

 Vivimos bajo el imperio de una ley aplicada al pobre sin misericordia, mientras a los presuntos defraudadores y evasores de divisas les dejamos al pairo de sus caprichos, la Constitución es una norma que se aplica anormalmente.

A los pobres,se les abandona a su suerte, sin que se cumpla un precepto claro de la Carta Magna. Art 39, 1, bastaría línea y media para acabar con la hambruna.

Después de 202 años ni siquiera recordamos que en 1812 se decía en la Constitución de ese año: Art. 8º. "También está obligado todo español, sin distinción alguna, a contribuir en proporción de sus haberes para los gastos del Estado."

 Salvo la marginación total a la mujer en "La Pepa" entre otros, sería este artículo el que hizo que durara solo 25 meses y medio.

Hoy en Batres, donde dicen que vivió Garcilaso de La Vega, como Quevedo, he mirado los muros de la patria mía.

 García Márquez decía que, la América Latina llevaba "Cien años de soledad" los pobres españoles llevan y llevamos más de 2000 años, la sandalia o la bota del capital nos limitaba y nos limita la respiración, acción vital de la existencia.

 Y a pesar de todo, soy constitucionalista, creo en la norma, pero jamás en los que la guardan en un cajón o estante y la violan cada amanecer.

JOSMAN.

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