Vi hacer la Avenida del rey, su remodelación posterior, y ayer se caían las ramas del arbolado, Leganés como los poetas viejos, empieza a tener esos achaques, y sabemos de sobra que, dejar de escribir es empezar a morir. tengo más edad que Quevedo, más que Cervantes y veo caer esa esencia de Leganés que es su escasa naturaleza, las rotondas de LEGATEC, no las veré caer, cuando algo cuesta 12 millones de Euros perdura, y empieza a rumorearse que la justicia investiga ese sueño de LEGATEC, siempre presuntamente, pero cuando ayer sonaba el cielo de nuestra ciudad, las ramas se caían, dejando personas heridas en Juan Carlos I, y el cielo bramaba tormentoso.
LEGATEC solo relampaguea camino de mi barrio carabanchelero, no caerá, pero temo que se mojará.
Pero a los viejos poetas nos queda volver a la adolescencia y soñar con una simple rosa, aquella de la leyenda de Bécquer La Rosa de la Pasión.
JOSMAN.
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