jueves, 22 de noviembre de 2018

ESCRIBIR NO ES GOBERNAR.


ESCRIBIR NO ES GOBERNAR.

Sé que es fácil escribir construir oraciones, frases, con esas 27 letras, y repetir esos vocablos que hemos ido aprendiendo a lo largo de una vida y sus lecturas  y conversaciones, y cuando opinamos algunos, (muy pocos) sobre la vida pública, es verdad que es más fácil que gobernar, yo, solo gobierno 65 metros cuadrados de mi pequeño hogar y comparto ese gobierno con Lidu, es decir, tan sólo tengo 32,5 metros.
Imagino lo que es gobernar una nación de 46 millones de personas. Pero, yo no me presento a poder administrarla.
Aclarado este punto, diré que, lo vivido y visto ayer en el Congreso de los Diputados, es una anécdota pero muy indicadora, sea verdad o no que se escupió, que se insultó, muestra una cosa con claridad, cada uno va a lo suyo y a quedar bien con su electorado, y el grupo político que lo sostiene en el escaño, no representan al pueblo, se representan ellos a sí mismos.
Y lo peor de todo, mientras se lanzan escupitinazos verbales, no se debate sobre lo real, sobre la situación de la pobreza y la desesperación, ¿por qué no debaten sobre las cifras reales de suicidios? Sobre la gente que abandona la vida, ahogados por la vida que les damos como sociedad, sí es fácil escribirlo, pero el poeta no se presenta para aliviarlo, el poeta tiene el compromiso de escribirlo, aunque escribirlo sea clamar en el desierto, sobre un papel, o el teclado. Sí es más fácil, pero no cobramos por ello, y no tenemos escaño, ni poder de nombrar jueces, ni siquiera nos juzga un juez supremo que aunque sea independiente le hemos elegido nosotros, alguien dijo, “Ya controlamos la sala segunda desde atrás” Y eso aunque no fuera verdad lleva a un magistrado a dimitir de un lugar que aún no había ocupado.

JOSMAN.

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