LEGANÉS TIENE LA VOZ DORMIDA.
Anoche me iba a la cama diciendo que un pueblo sin opinión es un pueblo sin solución, aunque sea un ripio.
Leganés tiene muchas plumas y muchos universitarios, pero me recuerda a esa película de La voz dormida, dirigida por el español Benito Zambrano y basada en la novela homónima de Dulce Chacón.
Apenas tiene dos aprendices de poeta, que ladran a la Luna y empezamos a tener un pie en la tercera edad y ahora ladraremos en un centro de ancianos al veinte en bastos.
Sigamos con la voz dormida, pongamos a dormir la pluma y el teclado. La generación que nos trajo la democracia ya vive al calor de los hogares municipales y sus ojos no van más allá de un viaje municipal a Benidorm.
La juventud (en general) hace bien, tiene salarios precarios frente al viejo rock de su anochecer.
JOSMAN.
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