No puede existir república con injusticia social.
No hace falta repetir lo de El Alquimista, hay gobiernos que miran sus dos gotas de aceite, es decir su ombligo, y no ven el resto del mundo o de su denominada república.
A Cataluña, le ha salido un destructor interno: los trabajadores de su sanidad, los bomberos, los estudiantes universitarios y el profesorado.
Los recortes realizados por sus gobiernos y las necesidades citadas en el párrafo anterior, debilitan los sueños republicanos y se convierten de modo pacífico en su verdadero Art 155
Un pueblo al que se fustiga a modo Rajoy y que con maldad o sin ella, comete la injusticia social de la iniquidad, da por finalizado el proceso, Cataluña es un pueblo maduro, y su historia está repleta de circunstancias que ha sabido enfrentar para limar la inequidad, la diferencia entre sus clases, en este caso, la política y la laboral.
La sanidad, la enseñanza, y el trabajo son tres pilares esenciales, y Torra los ha abandonado y ese es el precio, el principio del fin del sueño republicano.
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