martes, 5 de noviembre de 2013

CAÍNES DEL SIGLO XXI.


Sin ser yo un buen hombre, hay días que las arbitrariedades de algunas personas, me llegan al hondón del alma, infinitamente más que a Unamuno le llegaba Don Sandalio.
No puedo ni debo generalizar, pero es en el reparto de las miserias donde vemos la deshumanización de los seres humanos.
Marginar de un derecho legítimo a quién está incapacitado mentalmente, y por ende judicialmente, es un acto similar al realizado por las hienas y los buitres cuando se disputan los despojos de un cervatillo recién muerto en las estepas.
Así es aún en el siglo XXI, el comportamiento del hombre y la mujer.
Tratar de éste modo a un incapacitado, tiene en mi opinión, sin exagerar, la gravedad de un delito de Lesa Humanidad, porque sin duda es abusar gravemente en la pelea cotidiana de la vida, de quien no tiene pies ni manos, o mente que dirija a éstas extremidades para defenderse.

Pobre incapacitada,
querubín de Ciempozuelos,
dos años sin unas bragas,
de caridad, sin remedio.
Mientras que sus cinco hermanos
se repartieron los euros
tras la muerte de su padre,
sin tutora, en cielo negro.
Mas ella sin otra cosa
que tragar el viento fresco…
¡Cuando la mente es débil
nos pisan hasta los nuestros!
¡Cuánta sangre de Caín!
dijo Machado al respecto.

Leganés, 5 de Noviembre de 2013


JOSMAN.

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