Tras mis escasas compras navideñas, bajé al barrio de mi nacencia, para hallar en Carabanchel, aquellas huellas ya borradas de mi infancia lejana.
María y Antonio, regresaban de una noche aciaga, en los contenedores de los supermercados, apenas habían recogido unas manzanas y unos hígados de pollo, cabezas y otros despojos de aves.
Yo pregunté a Antonio, ¿si cobraba algo del paro? y No, ni siquiera aún le habían incluído en esos 426 Euros que, en año casi electoral había firmado el gobierno y esos llamados sindicatos, que ninguno hace gala de su buen nombre.
María y Antonio, son de esos pobres de todo, y por ende energéticos, su niño de apenas 6 meses, no estaba en un pesebre, estaba en una cuna, con dos mantas y una mantilla de lana negra que me recuerda aquella de mi madre en el tardofranquismo.
Cuando yo ya les había comprado dos barras de pan, para acompañar a los higaditos y las manzanas, como si fuera un milagro y 13 días antes,llegaron al umbral de la puerta, Francisco, Matías y Juan, no traían ni oro, ni incienso , ni mirra, en una bolsa grande, llevaban una botella de vino peleón, un kilo de filetes de pollo, unas morcillas burgalesas y una bolsa de naranjas valencianas y una tableta de turrón de coco.
Pedro un electricista del barrio, no sé de que modo, había colado un cable, cogido de no sé dónde que les podía proporcionar, a falta de mulo y vaca, el calor con un viejo radiador. Pedro, puso su dedo indice en sus labios y sacó de su gabán un paquete de cigarrillos Ducados y un paquete de leche infantil y los puso sobre la mesa.
Ni la compañía eléctrica, ni los limosneros gobernantes, se darían cuenta del hurto energético. La mujer lloraba con la solidaridad de los vecinos, Antonio tenía las manos trémulas de emoción y el niño, empezada a tener el rostro rosado y una sonrisa que mostraba su único dientecito.
Así nos despedimos, así les dejamos, sin decirles ni feliz navidad, ¿para qué y por qué? Regresé a casa, al entrar, olía a esa pata de cordero que Lidu hace cada año,
Y este año, en ese acto tan intimo de la oración, si es que la rezo, Le comenté a Lidu. He visto a los reyes Magos. Ella de reía de mí, "que ya eres un viejo"¡ Bueno Lidu, he visto a tres ángeles en Carabanchel! le conté lo acontecido y contestó desde un razonamiento de izquierdas." Has visto a 4 ciudadanos solidarios"
No tenía cuerpo para cordero, y me hice una tortilla francesa con pellisquitos de jamón York, de postre una manzana asada, similar a aquellas que María y Antonio habían cogido del contenedor de la basura de un supermercado...
24/12/2014
JOSMAN.
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