En lo que llaman la Cordillera Cantábrica existe como en todas un lado norte y otro sur, separa Asturias de León, en invierno se acumula en ella la nieve de la vida, que se deshilacha en primavera lentamente hacia los valles, y ahí se da el milagro rotativo de la naturaleza,surgen los pequeños manantiales y en torno a ellos, toda forma de vida animal y vegetal.
Observa uno, como en las dos vertientes, especialmente la leonesa, se forman ríos y algún embalse o lago, en esa comarca de ensoñación de Babia, donde los reyes de Castilla guardaban reposo, desatendiendo los quehaceres normales de sus gobiernos.
En mi modestia, he realizado un análisis y como los seres humanos somos hijos y corpúsculos de la propia naturaleza, somos en parte pequeños arroyos o enormes presas o lagos, pero dónde está la grandeza de la vida, aunque digamos qué, los tamaños importan, ¿dónde la naturaleza se expresa en toda su intensidad y esplendor, en la fortaleza de un pino centenario y resinero, o en cualquier especie de la fauna? Todo es cuestión de observación científica o meramente poética, la belleza está en las alas de una simple mariposa, en las flores acuáticas, o en los grandes montes.
Quizás como en el amor que decimos tenernos los seres humanos, nos impresione la magnitud de aquellas crestas que rozan el cielo, o en una pareja de gorriones, o quizás en los arrumacos de una manada de lobos, que en su crueldad encuentran la sensibilidad intrínseca de acariciar al lobezno con la boca temible que se hace maternal.
Como hace 100 años, los hombres nos asomamos a las galerías del alma, como lo hacía A. Machado, a los balcones de la naturaleza y a sus alfombras, y creyendo ya saberlo todo, en los pistilos y en los estambres insignificantes de una rosa está el milagro de la vida.
¿Y el amor? El amor es así, una nieve que se extiende líquida de la cumbre hasta el valle, y la luz necesaria, ahí está el nutriente vital de nuestra existencia., ésta y no otra, es la poesía, lo demás son caireles vocablos del diccionario que, nos ayudan a expresarlo, somos agua y sol que buscan la mar, para ser y eternizarse.
JOSMAN.
Imagen de la comarca de Babia -León-, tras las cumbres, hacia el norte y poniente Asturias.
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