El poeta social debe de hacer propuestas, nunca imponerlas como hacen los políticos, han asesinado a más poetas por exponer ideas que a políticos por ejecutarlas, el poeta no debe ser violento, aunque de los buenos se ha llegado a decir: "Quien sabe escribir y no se vende, tiene el mejor "Kalashnikov" del mundo en las manos." por ello, quizás se llegó a afirmar de poetas, como LORCA, que hacían más daño con la pluma que con un fusil.
El político deshonesto teme más a un buen poeta, que a un juez o un fiscal, porque el sumario pasa, el verso perdura más que el autor y el destinatario.
Quevedo y el Conde-Duque de Olivares vivieron menos que los versos del primero refiriéndose al segundo hace cuatro siglos.
Hasta mis versos de coplero benemérito perduran, en 1983 escribí:
y que larga la jornada,
el gobierno socialista
que mal nos quiere a los guardias.
Felipe González -PSOE-. al que deseo mucha salud, morirá como yo, y sin embargo mi copla perdurará más que nosotros dos.
JOSMAN.
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